Paniástica:

El 'lugar' de la crítica gratuita e hipócrita con lenguaje algo pedante (también gratis) y paridas sin más, amén de cruces de cables temporales sin lógica aparente.

martes, 10 de julio de 2012


Miguel Ángel Blanco

Recuerdo aquellos días de julio de 1997 perfectamente, aquellas sensaciones, la toma de conciencia de lo que tantas otras veces había visto en la televisión de forma recurrente, aquel sinsentido obra de fanáticos. Las palabras de mi madre: ¡Pobre chico, qué barbaridad, qué salvajes...! y de mi padre en un claro: 'Los hijos de puta éstos'. Ante ese ultimátum desvariado para conseguir el acercamiento de gentuza a esa tierra donde lo típico es levantar piedras y cortar troncos. (Veis no sólo hay gañanes en el sur). También me llamó mucho la atención la cantidad de gente que fue a las manifestaciones y concentraciones de repulsa que se produjeron hasta en el más pequeño núcleo de población. La interiorización de la situación ante el terrorismo en España y la empatía colectiva con las víctimas de los etarras, en este caso la familia Blanco. Me viene a la mente también un señor que se paseó por una playa en pié que le aplaudía unánimemente pertrechado con un cartelón en pecho y espalda pidiendo la pena de muerte para los etarras (Al más puro estilo COMPRO ORO había pintado: 'PENA DE MUERTE E.T.A.') Me parece que ahí hay una reflexión que podemos hacer acerca de cuan nueva es la reivindicación de este tipo de penas y su uso, así como de las reacciones en caliente... Desde luego no cabe duda de que tal asesinato como el secuestro de Ortega Lara y el atentado del Corte Inglés fueron hechos especialmente relevantes y significativos para quienes aún conservaban alguna vaga idea romántica acerca del terrorismo o no eran conscientes de las barbaridades que estos tipos cometían(?). Sin más.

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